EBITDA como referencia para conocer el estado de una startup

En el entorno startup nos encontramos con muchas métricas que es necesario conocer para entender el estado de salud de una startup. Y una de ellas es el EBITDA. 

No es de extrañar que se asocie el potencial éxito de una startup, cuando oímos que en pocos meses ha conseguido EBITDA positivo, evidentemente hay muchos matices y hay que analizar el contexto, pero normalmente es una buena señal y un indicativo de salud de la startup, que llama la atención de los analistas para seguir analizando y saber si puede ser la siguiente oportunidad atractiva para publicar en la plataforma. 

Como decimos, tomar esta sola métrica como referencia es peligroso y nunca puede ser determinante, hay otras métricas que se tienen en cuenta y que pueden variar dependiendo del tipo de compañía y del sector en el que estén, como pueden ser el working capital, el LTV o el CAC en compañías de ecommerce B2C.  

En este post vamos a analizar las ventajas y por qué hay que tener en cuenta el EBITDA como referencia para conocer el estado de una startup. 

¿Qué nos permite esta métrica? ¿Por qué se toma como referencia en el momento de analizar una startup?

Antes de nada, aclaremos que significa el acrónimo (en inglés) EBITDA: es el beneficio que obtenemos antes de los intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones.

El EBITDA, nos permite:

1. Contabilidad más sencilla

El EBITDA es el beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros. Hablamos de una métrica más limpia, ya que cuando estos elementos se eliminan obtenemos información más clara. 

2. Más fiable.

El EBITDA  ofrece cifras presentables, sin que en la cuenta de explotación se vea el efecto negativo que siempre conlleva el exceso de gastos financieros, y del aumento de las amortizaciones que generan las adquisiciones, ya que esto se da por supuesto que se compensará en el futuro con el aumento de tamaño y las economías de escala generadas, y se mejorará el resultado.

3. Más fácil de calcular.

Con esta métrica se calculan los beneficios en función, únicamente, de la actividad productiva que lleva a cabo la empresa. De esta manera obtenemos el resultado concreto de lo que la empresa obtiene por la explotación del negocio. Y dejamos el ruido a un lado. 

4. Más estable

Cuando tenemos una empresa que sufre temporalidad, o debemos gestionar el working capital, hay métricas que pueden verse fácilmente alteradas y no ser representativas de la situación real de la compañía, sin embargo el EBITDA tiene la ventaja de que es una métrica que nos proporciona información activa.

5. Más comparable

Con esta métrica nos es más fácil comparar con otras empresas ya que puede filtrar el resultado de los diferentes sistemas de impuestos, depreciación y amortización contable y a la vez podemos comprobar el apalancamiento financiero entre diversas compañías.

Tal y como hemos comentado, tener en cuenta el EBITDA es muy positivo para evaluar de forma rápida, el estado de salud de una compañía, pero esta métrica, nunca se debe substituir por el flujo de caja, y también hay que tener en cuenta las ganancias entre otras métricas.

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